Artículo publicado el 16/08/2025
No se puede considerar uno realmente un viajero si no ha probado antes el profundo encanto de la India. ¿Y qué mejor punto de partida en este país-estilo de vida que comenzar saboreando la espiritualidad de Haridwar y Rishikesh?
Estas dos localidades, situadas a los pies de la inmensa cordillera del Himalaya, representan el cruce de caminos para los viajeros interesados en sumergirse en la espiritualidad india.
Rishikesh, capital mundial del yoga y la meditación, es el lugar más visitado de la India por los apasionados de estas dos disciplinas: un sitio rodeado por la naturaleza más exuberante, salpicado de una infinidad de ashrams, donde los practicantes se reúnen y se dedican a ellas en total paz interior y ambiental.
Aquí el ambiente a menudo es surrealista: por la calle puedes cruzarte con santones, baba gurus y personas que buscan aprender estas artes para luego exportarlas a su país.
En India, la palabra "distancia" debe interpretarse con un parámetro mucho más amplio que en otras partes del mundo, y muchas veces el único medio de transporte, el tren, representa una de las experiencias más fascinantes de un viaje por este país.
En un típico trayecto en tren tienes la oportunidad de entrar en contacto con la autenticidad y la cultura de la gente local.
A 20 horas de Rishikesh se encuentra Amritsar, el lugar de culto más conocido del sijismo, donde se puede visitar el fabuloso Templo Dorado, una gran estructura de mármol con una inmensa piscina en cuyo centro se alza un majestuoso templo construido completamente en oro (750 kg para ser exactos).
En este lugar sagrado sij es fácil encontrarse con los históricos maharajás, antiguos reyes que aún hoy se pasean acompañados de una gran espada, símbolo de su alta clase social. Alrededor de esta magnífica y lujosa estructura... la pobreza más absoluta.
Capital del Rajastán y parada obligatoria, la fascinante Jaipur está llena de atracciones históricas. Sus palacios principescos, el fuerte de Amber que se visita a lomos de espléndidos elefantes, y su casco histórico rosa (Pink City) son la puerta de entrada a una de las regiones más fascinantes del mundo.
Otra joya del Rajastán es Jodhpur, la ciudad azul, famosa por su fuerte, su artesanía y su gran centro histórico con casas pintadas de azul.
Y más al oeste, en la frontera con Pakistán, no se puede dejar de admirar la estructura arenosa de Jaisalmer, la capital del desierto. Construida al pie de su fuerte, es una inmensa obra de arena dorada. Famosa por la feria mundial de los camellos y por su festival, parece más un pueblo árabe que indio. Una de las mejores experiencias es el safari en camello de una o dos noches por el desierto, donde incluso se puede conocer a las poblaciones nómadas que viven allí.
El lugar más evocador que he encontrado en este viaje con mochila al hombro, el más extraño, el más fascinante (aunque cualquier palabra sería reductiva), es Varanasi. A once horas en tren al sur de Nueva Delhi, Varanasi, junto con Bangalore, es la ciudad más espiritual de la India. Nacida a orillas del dios Ganges, la gente vive aquí la cotidianidad en una atmósfera de profunda espiritualidad: a lo largo del río se puede admirar a la población local practicando yoga en los ghats (escaleras al río), rezando o lavando la ropa en uno de los ríos más contaminados del mundo. Famosa en las orillas de su "Ganga" es la práctica de la cremación de cuerpos, una de las tradiciones principales en la India. Las familias llevan a su ser querido fallecido a la zona de las piras funerarias, lo sumergen en el río para darle la extrema unción, y luego colocan el cuerpo sobre pilas de madera para el posterior rito crematorio. Después de 3 o 4 horas, los restos del cuerpo se esparcen en el río, en el mismo lugar donde la gente se baña o lava la ropa. Con nuestros ojos, nada podría parecer menos higiénico, pero es muy muy... ¡India!
Después de 27 días de inmersión total en uno de los lugares más increíbles del mundo, el regreso a Nueva Delhi para volver a casa es solo un trámite… 17 horas en tren, hacinado en el compartimento de equipaje con personas que no podían permitirse el billete del viaje. La experiencia más peligrosa, pero también la experiencia que me ayudó a confirmar que no has vivido si no has visitado la India... ¡y que la India no es solo un lugar en el mundo, sino un estilo de vida! Nama Ste.